jueves, 16 de julio de 2009

Dos pares de ojos y una chela


Silvia Angélica Rivera


Ojos rojos va a la tienda de las chelas, un par de ojos amarillos se asoman a la reja preguntando -¿qué quieres-, el de las canicas coloradas extiende la mano con la botella de caguama vacía y quiere hablar pero se entretiene viendo los rayos luminosos que brotan de las pupilas que tiene enfrente. Ella ve el obscuro cristal -Ahhh, ¡quieres tu caguama!-; dirige sus pasos hasta el mostrador, abre la puerta del polo norte y saca una muchacha temblorosa, hipotérmica hasta los pies, casi muerta de a de veras. Regresa ante el par de luceros encarnados, intercambia las botellas; el de Marte en los ojos regresa a su casa con dos pesos de cambio y un pedazo de mar helado en las manos; de pronto piensa ¿Y s hubiera, sólo un instante, puesto los ojos en la miel de su mirada?

No hay comentarios: