lunes, 25 de agosto de 2008

Marpacífico



Isbel Díaz Torres


(Desde La Habana, Cuba para el TUGUCHIS)




El éxodo de los marpacíficos me deja una mancha en la pupila.
Es como cuando llueve, y el nido sarandeado por el último ciclón
cae de la Seiba,
apagando una rama en la madre,
describiendo una calandria rota.
El éxodo de los marpacíficos
responde a algún ciclo astral,
algún movimiento externo que empuja,
como las heladas que ahuyentan a los patos salvajes,
como el saltito del alma dándose en pleno rostro contra los barrotes.
Algún movimiento externo, que siempre es interno,
nos hará el favor de alejar a los marpacíficos,
y podremos tomar tranquilamente el vino de cinco pesos,
porque Carlos (y su polen) no vendrán a jodernos la existencia,
porque su nido disuelto en el alero no es el centro del universo.
¿dónde se va cuando se va al hielo,
cuando se abandona el "Tropical Island" para adentrarse en la nieve?
No sé. ¡Por Dios, que no lo sé!
Mas tampoco conozco la Seiba con marpacíficos y girasoles
que debiera crecer en mi patio,
ni las listas que me incluyen y excluyen,
ni conozco el tamaño de mis costas;
sólo sé que los marpacíficos emigran y se retira su majestad el sol,
mientras la Seiba, viuda y triste,
apaga su rama sin nido, en la noche.

(En Cuba se llama marpacífico a la flor cuyo nombre científico es hibiscus rosa-sinensis. En México es conocida con el nombre común de tulipán)

5 comentarios:

Amarantha Vázquez dijo...

tulipán...

me gustan los tulipanes

Anónimo dijo...

Me ha gutado la propuesta urbana que representa TU.GU.CHIS. creo que èsta se derrama de la mejor manera sobre el asfalto... me ha tocado leer el màs actual nùmero y quedo realmente con deseo de acompañarlos leyendo en su bohemia urbana. (aunque no sè si sea bohemia).

Vicko Suárez dijo...

órale arlés, qué chido, por lo menos un tuguchis menos en un bote de basura, jajaja.

gracias, esperamos que nos sigas leyendo.

Anónimo dijo...

A mi no me gusta :)

Tonalli: Casa del Sur dijo...

Bueno, a los que no les gusta, están en todo su derecho, no podemos gustarle a todo mundo, ¿qué le vamos a hacer?, seguiremos esforzándonos.